martes, 5 de marzo de 2013

Segunda Tarea


Hola de nuevo, comenzemos con la segunda tarea. Trata de una historia de intriga en la cual tienes que buscar dos finales distintos y detectar tres gazapos y buscar tres palabras que no entiendes en el diccionario. Suerte!


                                                  El misterio del bolígrafo.

El sol salía por el oeste. Los alumnos de los Salesianos de Atocha apuraban el tiempo para llegar puntuales a clase. El timbre había sonado y el patio se quedaba vacío bajo la abundante lluvia.
En la clase de 6º A todos ocupaban sus pupitres y sacaban los cuadernos de las mochilas. Ese día tocaba matemáticas a primera hora. La Señorita Marisa escribía varias frases en inglés en la pizarra mientras los alumnos las copiaban.
Cuando la profesora se sentó en su mesa a corregir los ejercicios de lengua del día anterior, se percató de que su boli rojo preferido no estaba. Lo dejaba encima de la mesa cada día. 
Marisa se puso nerviosa, lo había cuidado durante mucho tiempo y le encantaba corregir con él. Era el que siempre usaba. Abrió su bolso por si lo había guardado por error pero allí no había nada. Luego, abrió los dos cajones de su mesa pero solo había varias carpetas con algunos folios, un par de lápices y una goma de borrar. Su bolígrafo tampoco estaba allí.
Levantó la cabeza y preguntó a la clase:
- ¿Alguien sabe donde está mi bolígrafo?
Los niños se miraron unos a otros. Sabían que era el preferido de la profesora y que le tenía mucho cariño. El silencio se convirtió en cuchicheos. Las miradas iban hacia Pedro y Joaquín que se sentaban los primeros porque solían portarse mal. Mientras, en la última fila, Sara se ponía nerviosa. María le miraba porque en su mesa había restos de tinta roja...

 FINAL



La profesora no sospechaba de los holgazanes de la primera fila. Desde que se sentaban ahí, el comportamiento de ambos había mejorado mucho.
Mientras, cada vez más alumnos se habían percatado de la tinta en la mesa de Sara y los rumores llegaron a oídos de Marisa pero cuando levantó la cabeza en dirección a la mesa de Sara, ella levantó su boli rojo destintado para que todos comprobaran que no era el que buscaban.
De repente, María se fijó en algo que relucía en el moño  de la profesora. No se lo podía creer, ¡era el bolígrafo!
-          Profe, creo que el boli está en tu moño.
Marisa se tocó el pelo, ¡ahí estaba! Esa mañana, al peinarse en casa, había utilizado su preciado bolígrafo para hacerse un recogido.