El sol viajaba por la esfera aparente azul y diáfana que rodea la
Tierra, alegre y
glorioso sobre su carro de fuego, lanzando sus rayos en todas las direcciones,
a pesar de la rabia de una nube de humor de temporal, que rezongaba.
Despilfarrador, mano rota, regala, regala tus líneas de luz que
proceden de un cuerpo luminoso, y especialmente las que vienen del Sol, verás cuántos te van a quedar. En los viñedos cada
grano de baya o grano más o
menos redondo y jugoso, fruto de la vid, que forma racimos que maduraba sobre los sarmientos
robaba un rayo al minuto, o también dos; y no había una brizna de hierba, o arácnido
con tráqueas en forma de bolsas comunicantes con el exterior, con cefalotórax,
cuatro pares de patas, y en la boca un par de uñas venenosas y otro de
apéndices o palpos que en los machos sirven para la cópula. En el extremo del
abdomen tiene el ano y las hileras u órganos productores de la seda con la que
tapiza su vivienda, caza sus presas y se traslada de un lugar a otro, o flor, o gota de agua, que no se tomase su parte.
Deja, deja que todos te despojen: verás cómo te lo agradecerán, cuando no
tengas nada más para regalarles.
El sol continuaba alegremente su traslado
que se hace de una parte a otra por aire, mar o tierra, regalando rayos por millones, por miles de millones,
sin contarlos.
Solamente al ocaso contó los rayos que le quedaban: y fíjate, no le faltaba ni
si quiera uno. La masa de
vapor acuoso suspendida en la atmósfera, de la sorpresa, se disolvió en granizo.
El sol se zambulló alegremente tras el horizonte.
hola Gorge,soy Jenny:
ResponderEliminarTe doy las gracias por el trabajo que has hecho y tambien porque te has esforzado mucho.
ADIOSSS